Empezaré el tema haciendo una pregunta: ¿Qué sabemos sobre los temas
folclóricos? En clase hemos hecho una lluvia de ideas entre todos mientras que
Irune iba explicando cada uno de ellas. Por eso, podemos establecer que las CARACTRERÍSTICAS de la Literatura
folclórica son las siguientes:
La palabra folclore viene del inglés “folk”, cuyo significado es la de
tradición cultural. Con esto, se puede decir que la Literatura folclórica son
aquellos textos que carecen de un autor reconocido y que se han ido transmitiendo
de generación en generación oralmente, mientras que se va extendiendo a los
pueblos más cercanos y, poco a poco, por todo el mundo. Esta característica nos
lleva a otra idea particular de los textos folclóricos: varían con el paso del
tiempo.
¿Por qué? Cuando alguien nos cuenta un simple chiste, un cuento, una
historia,… y nos ha gustado tanto que queremos contársela a otra persona,
siempre vamos a cambiarla aunque sea de forma inconsciente, pues cada uno se
expresa de una forma, entiende las ideas de otra manera,… los mismo pasa con
los textos folclóricos: al ir pasando de generación en generación, el texto
final varía con respecto al inicial.
Al no haber ningún escrito que los recoja (pues he dicho que se
transmite de forma oral), hay infinidad de versiones, y nunca se sabrá cuál de
ellas es la original.
Otra característica destacable de los textos folclóricos es que la
mayoría de ellos carecen de moraleja, aunque sí tienen una serie de enseñanzas.
Surgieron en un contexto donde la mayoría de las personas no sabían ni
leer ni escribir, en el que no existía ningún tipo de tecnología, por lo que la
mejor forma de pasar el tiempo en familia o con los amigos era contar
historias. Cuando caía la noche se reunía toda la familia y se contaban cuentos
o historietas.
Aquí podemos hacer una reflexión, haciendo referencia también al tema
1: las historias que contaban tenían temas actuales de aquella sociedad, es
decir, violencia, sexo, enfermedades,…, por lo que los niños escuchaban todo
tipo de cuentos y de maldades. ¿Creéis que es esto normal? Yo pienso que no,
pues un niño (ya sea de uno o de 8 años) no debe escuchar este tipo de
historias, al igual que pienso que no deben ver, hoy en día, cierto tipo de
películas. Cada vez refuerzo más la idea de que las historias que contamos a
los niños deben estar escritas para ellos, atendiendo a sus necesidades,
gustos, intereses y momento evolutivo.
Concluyo mi reflexión diciendo otra de sus características, y es que
los textos folclóricos no son cuentos para niños de Infantil.
Una vez reflexionado sobre esto, pasemos a diferenciar entre una VERSIÓN y una ADAPTACIÓN:
- Versión: no tiene intencionalidad, es decir, se hace un cambio del contenido de la historia sin ninguna intención aparente.
- Adaptación: tiene una clara intencionalidad. Consiste en quitar o añadir algún dato al contenido, hacerla más larga, más corta,…
Más tarde, hablaré de distintos adaptadores que podemos conocer a lo
largo de la historia.
Algo que tienen en común todos los textos folclóricos (ya sean prosa/drama/verso
o versión/adaptación) es el ESQUEMA:
- Inicio: se parte siempre de un niño en un núcleo familiar. Suele ser en la niñez.
- Nudo: se dan una serie de situaciones por las cuales tienen que abandonar el núcleo familiar y adentrarse en la aventura con todo lo que ello implica.
- Desenlace: el protagonista llega a la vida adulta. Generalmente, acaba en boda.
Excepto estas tres cosas, el resto de la historia puede variar. A la
hora de hacer nuestra propia versión o adaptación, debemos respetar el esquema
que os he presentado, pero hay otras cosas que podemos cambiar como son, por
ejemplo: el sexo de los personajes (si es niño o niña), el rol del personaje
(si es un niño, un animal,…), la clase social del personaje (si es una princesa
o un niño pobre), el final (como podemos ver en El Gallo Kiriko).
Pasemos, pues, a diferenciar los tres GÉNEROS LITERARIOS: la prosa, la poesía y el drama.
- La prosa. Esta se divide, a su vez, en dos géneros: el género corto y el género largo. El primero de ellos se trata de cuentos breves o relatos. Este tipo de texto nunca ha interesado a los críticos, pues los tachaban de textos de baja calidad o de poco interés, ya que provenían del pueblo. Profundicemos más en este género: hay varios tipos.
-
Fábulas: todas llevan moraleja. Por esta razón,
decimos que es Paraliteratura. Generalmente, los personajes son animales y
representan las virtudes del ser humano. Un ejemplo de fábula es El perro del
Hortelano, La cigarra y la hormiga,…
-
Cuentos de animales: todos los personajes son
animales y representan los diferentes roles de las personas (padre, madre,
hermano,…) pero no representa, a diferencia de las fábulas, los vicios o las
virtudes. Ejemplos de cuantos de animales son El Patito Feo y Los
Tres Cerditos.
Aquí destaca el
autor Bruno Bettleheim, autor de Psicoanálisis de los cuentos de hadas,
hizo un análisis sobre el cuento de Los Tres Cerditos, la cual aparece
en su libro.
El
segundo género, sin embargo, son las novelas.
-
Los mitos: son elatos sobre seres divinos en los
que el pueblo cree. Un ejemplo de mito es el de Hércules.
-
Leyendas: son historias fantásticas que cuentan
hazañas o sucesos extraños ligados a un elemento central, ya sea un personaje,
un objeto o un lugar. Para que las leyendas sean para niños, deben ser
adaptaciones simplificadas de las tradicionales.
Lo más
recomendable de entre estos cuatro tipos de textos en prosa para los niños de
Infantil son los cuentos de animales.
En la prosa, debo
destacar a Vladimir Propp. Analizó los cuentos de sus país (los rusos) y los
clasificó en cuatro grupos: mitos, cuentos de animales (donde incluyó las
fábulas), los cuentos de fórmulas (aquellos que es necesario saberse de
memoria, pues sino no tiene sentido) y los cuentos maravillosos o fantásticos
(donde todos los personajes son humanos pero, de repente, sucede algo en la
historia y aparecen personajes animados, seres fantásticos). Su libro más
famoso, es decir, el que más importancia tiene es La morfología del cuento,
publicado en Rusia en 1928.
Explica que los
cuentos son un viaje iniciático que pasa de una etapa a otra.
- La poesía. Es el único género del que sí existen textos folclóricos para niños. Casi todas las manifestaciones folclóricas que hay en poesía son usadas e manera lúdica y musical. En el siglo XVI, en los pueblos, había poca poesía propiamente dicha, solían despertar más interés en personas que sabían escribir y que las recopilaban, la única poesía para recitar que encontramos son las oraciones. No las oraciones de misa ni las institucionalizadas religiosamente, sino las oraciones del pueblo, que son más paganas. Por ejemplo: “San Cucufato, San Cucufato, los cojones te ate, haya que no encuentro “x” no te los desato”, o “Santa Rita, Rita, lo que se da, no se quita”.
Hay que saber
diferenciar entre poesía tradicional (origen lejano y desconocido) de la poesía
popular (aquella que es de autor pero que se hace tan famosa que se pierde el
hilo de su autoría).
Pedro Cerrillo
realiza una clasificación de la poesía según su temática en tres grandes
grupos:
-
Rimas de ingenio: sorteos, disparates, burlas,
trabalenguas, adivinanzas,…
-
Juegos y rimas de movimiento y acción: nanas,
mover manos y piernas, balanceos, cosquillas, lanzar objetos,…
-
Danzas de corro: canciones, dar palmas, saltos y
giros, pasillito, mimos, imitaciones, escenificaciones,…
- El teatro. De este género, hay muchos textos folclóricos religiosos. Se divide en dos partes: el texto teatral y la representación. No existen textos folclóricos en este genreo escritos, ya que se transmitían de forma oral, por lo que serían muy difíciles de representar. Pero más tarde, se modificaron para que los actores puedan representarlo de manera más fácil. Había unos cómicos que iban por los pueblos de los alrededores representando estos textos, a los que llamaron Cómicos de la lengua, cuyo objetivo era entretener y divertir a la gente del pueblo.
Destacan aquí los
Títeres de Cachiporra, que son los actores que representaban estas historias
por los pueblos, pero para niños. Se hacían con marionetas, y tenían cosas en
común: el protagonista siempre atrapaba al malo.
PERSONAS DESTACABLES,
ADAPTADORES Y RECOPILADORES DE TEXTOS FOLCLÓRICOS A LO LARGO DE LA HISTORIA
- Gianni Rodari (1920-1980). Escritor y pedagogo italiano. Su principal obra teórica es Gramática de la fantasía, una recopilación de charlas en la que expone un concepto fundamental en la Literatura Infantil y Juvenil: el binomio fantástico.
Siendo cronista
del periódico L’Unitá, descubrió su vocación como escritor para niños. De allí
nacen sus primeras coplas y retahílas cargadas de humor, ligadas a la corriente
de la poesía popular italiana, las cuales sonde tanto éxito que eran reclamadas
por los lectores adultos e infantiles. Desde entonces, publicó libros en los
que combina el humor, la imaginación y la fantasía con una visión crítica (no
exenta de ironía) del mundo actual.
Entre sus libros
destacan El libro de las retahílas, Las aventurad de Cipollino, Jip
en el televisor, Cuentos escritos a máquina, Cuentos para jugar,
Los enanos de Mantua, y otros muchos más.
Al igual que
Propp, hizo una clasificación de los cuentos folclóricos, la cual consiste en
la división de estos en tres apartados:
-
Cuentos de animales: todo tipo de animales
(domésticos, salvajes,…)
-
Cuentos mágicos: abarcan los mitos y los cuentos
de hadas de Propp, donde vemos las historias de héroes, personajes divinos o
dioses que se relacionan con personajes reales.
-
Cuentos de bromas y anécdotas: cuentos del tonto
y del listo.
- Sara Cone Bryant (1873).Es la primera cuentacuentos que usó diferentes cuentos. Su libro más conocido es El arte de contar cuentos. Defiende que lo importante a la hora de contar un cuento en el aula es conocer bien a los niños y saber lo que realmente les interesa. Esta cuentacuentos, al igual que Propp y que Rodari, hizo una clasificación de los cuentos, pero con una gran diferencia: los clasificó según sus edades.
-
De 3 a 5 años: dice que en estas edades se deben
contar historias rimadas con fragmentos versificados de animales
personificados, hadas,…
-
De 5 a 7 años: fábulas, leyendas y narraciones
de historia natural, cuentos de hadas,…
-
Para mayores: fábulas, mitos, alegorías,
historias reales, narraciones humorísticas,… tienen un vocabulario y una trama
aparentemente sencilla.
- Ana Pelegrín. Una de las grandes referencias en los estudios sobre la Literatura de tradición oral hispánica. En nuestro país se dio a conocer en el año 1982 con su libro La aventura de oír. Es una obra fundamental para la divulgación y transmisión en el aula del cuento infantil tradicional.
Ofrece una
clasificación que pretende ser una guía del Cancionero Infantil, partiendo de
una idea: recoger todo aquello que el niño usa.
La clasificación es la siguiente:
-
Cuentos
de fórmula (de 2 a 5 años): lo importante aquí es lo que se cuenta en ellos.
Los hay de res tipos: cuentos mínimos (comienzan con una frase en la que
enuncian el personaje y la acción, cerrándose en otra frase concluyente), los
cuentos de nunca acabar (cuentan la historia de forma informativa y terminan
con una pregunta: “¿Quieres que te lo cuente otra vez?”) y los cuentos
acumulativos: pueden servir para jugar y tiene función memorística.
-
Cuentos de animales (de 4 a 7 años): en estos
cuentos se les da vida a los animales y cada uno de ellos tiene una
personalidad distinta. Pueden ser animales domésticos o salvajes.
-
Cuentos maravillosos (de 5 a 7 años): la
estructura interna de estos cuentos es más compleja y los personajes están
diferenciados de forma clara: princesa, vagabundo, rey, león,… los hay mágicos
(El flautista de Hamelín), sobrenaturales (Blancanieves),
encantados (La Bella durmiente),…
ADAPTADORES Y RECOPILADORES
FUERA DE EUROPE Y DE EUROPA
SIGLO XVIII
- Perrault: era un humanista cristiano. Escuchaba a la nodriza de sus hijos mientras les contaba historias a sus hijos. Lo que hizo más tarde fue adaptar las historias de la nodriza con una gran diferencia: les puso una moraleja. A estos cuentos se les llama “cuentos de oca”.
Los escribió con
una intención moralizadora ya que su propósito era moralizar los hombres de la corte de Luis XIV. Por esta
razón, podemos decir que se trata de Paraliteratura.
- Berquin: encuentra una historia de la antigüedad grecorromana. Escribe La historia del Lobo Blanco. El libro trata de un mercader que tiene 3 hijas y una de ellas, la pequeña, tiene que irse por obligación a vivir con un Lobo Blanco. Con el paso del tiempo, él se enamora de ella, pero ella sólo ve en él un animal. Al final de la historia, el lobo le dice que puede dejar de vivir con él para volver con su padre y ella se va sin pensárselo dos veces sin darse cuenta de que lo hace porque está enamorado de ella. Cuando se ya está en su casa con su familia, empieza a echar de menos al lobo, y aquí es cuando se da cuenta de que ella también está enamorada de él, por lo que vuelve a la casa del lobo. Pero ya es demasiado tarde: el lobo había muerto de pena.
- Le Prince de Beaumont: escribió un libro llamado La Bella y la Bestia, pero no es la que nosotros conocemos. Hay varias versiones, y la más conocida es la de Disney; pero esta es más antigua aún.
SIGLO XIX
Aquí surge el Romanticismo. Durante este movimiento, surgen varios
temas en la literatura; los dos más importantes son el amor y el destino,
aunque también se hablaba de la muerte.
Además de ellos, desde el punto de vista político destaca el
Nacionalismo, una ideología y un movimiento social y político que surgió junto
con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea. Como ideología, el
nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario
dentro de una comunidad política.
El primer romántico es un alemán llamado Goethe, pero mejor resaltaré
otros autores.
- Los Hermanos Grimm: estos dos hermanos eran folclóricos. Eran famosos porque, además de los cuentos, redactaban un diccionario de alemán. No eran románticos que rompían las reglas, sino todo lo contrario: eran muy formales.
Un productor les
propuso recoger cuentos de la cultura alemana y juntarlos para que no se
perdieran, pues la cultura oral, con el tiempo, se va perdiendo mientras que lo
escrito queda guardado.
Tenían un interés
conservacionista y no moralizante como Perrault, por ejemplo. Consiguieron
recopilar cuentos puramente alemanes, pero no adaptaban, simplemente mejoraban
la redacción, rellenaban huecos,… su intención, como he dicho antes, era
conservarlos y lo hicieron de forma fiel a como los habían encontrado ellos.
Acabaron el libro
y la editorial lo publicó. En esa primera edición aparecían muchos cuentos y
tuvo muchísimo éxito: las primeras ediciones se agotaron y tuvieron que
publicar una segunda edición. Ésta también tuvo bastante éxito, pero empezaron
a llegarles cartas de padres que decían que no eran apropiados para los niños,
pues trataba temas como el sexo, la violencia (como en la Cenicienta: cuando
por fin se casa con el príncipe, mete los pies de las hermanastras en cemento
para que sean más pesadas aún y trabajen de forma más dura; a la madrastra la
descuartiza),… la editorial insiste en que ellos no escriben para niños sino
para adultos.
Cuando sale la
tercera edición, sale con otro nombre: Cuentos del niño y del hogar. Ahora ya son también para niños. Pero cuando
decimos aquí “niños”, nos referimos en verdad a niños de unos 8 años. Pero los
cambios fueron mínimos, pues su objetivo era preservar las historias y no
adaptarlas.
Iban saliendo más
editoriales hasta llegar a varios volúmenes, porque fueron ampliándolo para
que, cada vez más, fueran adecuados a los niños.
- Hoffman: es un escritor muy famoso. Es el autor de Cascanueces y el Rey de los ratones. Se trata de una especie de fusión con otros libros de la primera mitad del siglo XIX.
En la segunda
mitad del siglo XIX surge otro movimiento: el Realismo. Supone un cambio
bastante fuerte, pues es todo lo contrario al Romanticismo. Es un movimiento
totalmente objetivo en el que se pretende dar un reflejo de la situación
social. El amor pierde fuelle y la muerte se convierte en el tema principal de
la Literatura. Se ponen en manifiesto situaciones reales y crueles de la vida.
Era una manera de luchar contra las injusticias de la vida.
- En Dinamarca destaca el escritor Hans Christian Andersen. Rompe con lo que hemos visto hasta ahora: junta el folclore con la Literatura de autor (como he comentado antes, para niños de unos 8 años). En su producción hay dos tipos de textos: textos de autor (escritos por él mismo) y adaptaciones de textos folclóricos.
Sus protagonistas suelen
ser niños de la calle que, además, no se suelen aceptar a sí mismos. Un ejemplo
de una obra muy famosa es Oliver Twist. La mayoría de sus cuentos acaban mal y
de una forma muy triste. Escribe sobre niños de familias pobres que se tienen
que buscarla vida como sea. Otra de sus obras más famosas es La pequeña
vendedora de fósforo o La Cerillera; trata de una niña pobre que vive en la
calle y que vende cerillas. En Nochebuena ella se pasea por las calles y no
hay nadie, pues todos están en sus casas cenando. Al estar tan oscuras y
solitaria las calles, tiene que encender una cerilla para que haya luz y para
poder calentarse con el poquito calor que da una cerilla. Desde que la
enciende, empieza a tener una serie de visiones en las que se le aparece un
ángel que va a buscarla para llevársela… y muere.
También son obras
suyas El Soldadito de Plomo, El Patito Feo (de la cual se dice que
es una historia autobiográfica: es la historia de un niño al que su madre no
quiere) y La Sirenita.
Otra rama de su
edición son cuentos de otros que él adapta y personaliza de forma intencionada,
por lo que no es un amera versión. Aquí podemos destacar La Reina de las
Nieves.
- En España destaca Fernán Caballero. Es el seudónimo que utiliza la escritora en español Cecilia Böhl de Faber y Larrea. En esta época, las mujeres escritoras solían usar un seudónimo masculino a la hora de firmar sus obras. Heredó el gusto de su padre por el folclore.
Es la primera
recopiladora de cuentos folclóricos en España, intentó hacer una selección de
cuentos y poemas para niños. Quiso recopilar cosas que se contaban y cantaban a
los niños (me repito diciendo que son niños de unos 8 años).
SIGLO XX
- Saturnino Calleja: tenía una editorial donde publicaba libros infantiles y juveniles. En cuanto al formato, utilizaba pastas duras y colores en las ilustraciones porque era más fácil y apetitoso para que los niños lo leyeran. Pero en esa época, el que los libros tuvieran estas dos características significaba que eran de calidad, por lo que sólo podían acceder a ellos las personas de la clase media-alta.
Por esto, decidió
hacer una edición para las personas de clase media-baja: abarató el precio del
papel, de las imágenes y de los formatos. Sacaban un libro por semana, por lo
que tuvieron muchísimos; de aquí sale el dicho “Tienes más cuento que Calleja”
(curioso, ¿verdad?). Aunque, como todo, tenían un gran inconveniente: al ser de
peor calidad, duraban menos.
Estos cuentos
podían ser de dos líneas distintas: adaptaciones de textos folclóricos o
cuentos de autor. Hay que decir que sus cuentos eran anónimos; en los libros
ponían “editorial Calleja”, pero no el nombre del autor, pues no siempre eran
suyos. Tenía lo que llamaban “los negro de Calleja”, personas que escribían
cuentos a cambio de dinero para él y que, posteriormente, publicaba a través de
su editorial.
A pesar de no
llevar una moraleja, tienen un carácter moralizante. Los niños protagonistas
que se portaban bien o hacían buenas acciones recibían un premio, y aquellos
que se portan mal reciben un castigo.
- Padre Coloma: un sacerdote que descubrió que los niños aprendían mejor de forma lúdica. Puso de moda aquello de “Enseñar deleitando”.
Recogió historias
de la tradición oral y las adaptó para
educar a los niños de su época. Como era un sacerdote, tenían carácter
religioso. A veces, si consideraba que no quedaba muy clara la idea principal
del cuento, incluía una moraleja, pero eran parecidas a las parábolas de Jesús.
Desde los años 70 se empezaron a utilizar los cuentos folclóricos
adaptados para los niños de preescolar.
COSAS A TENER EN CUANTA AL
ADAPTAR TEXTOS FOLCLÓRICOS
Tenemos que tener en cuenta que debemos tener textos folclóricos en el
aula para poder trabajar en ellos. Los libros de autor están escritos pensando
en los niños (sus gustos, intereses y necesidades según su momento evolutivo)
para poder leérselo o contárselo, pero tienen en cuenta que se pierde la
creación artística. Sin embargo, los textos folclóricos hay que adaptarlos. En estas
edades, las clases son muy diversas, por lo que debemos adaptarlos a cada
clase.
Los textos folclóricos se han ido pasando oralmente, por lo que es
mejor contárselo que leérselo. Lo ideal es conocer las versiones antiguas.
Perrol no es muy recomendado en Infantil.
Los textos folclóricos en verso no hace falta que sean adaptados, ya
que están escritos en Infantil.
Debemos descartar las ediciones baratas, porque sin resúmenes que te
cuenta el argumento, pero lo hace sin ningún estilo, sin ninguna calidad
literaria. Lo primero que debemos hacer es evitar las versiones típicas del
chino, papelerías, del Carrefour… porque no aportan nada. No tenemos que buscar
versiones para adultos, es decir, las originales, porque no fueron para niños y
no son tan buenos como nosotros quisiéramos.
La idea es que le contemos los cuentos sin enseñarles las imágenes y
no describirles demasiado a los personajes para que ellos mismos puedan
imaginárselos. Si yo como maestra veo que un cuento es una adaptación, tengo
que ver qué criterios se han seguido para hacer dicha adaptación. Para ello,
debemos tener en cuenta el original.
Aquí debo resaltar a los antólogos, aquellos que cogen fragmentos u
obras de un tema (Antología de textos folclóricos del mundo, por ejemplo) o de
un autor (Antología de Luis Hernández). Sólo reúne y recoge los textos, no toca
ni una palabra.
ENLACES DE INTERÉS
ENLACES DE INTERÉS
BIBLIOGRAFÍA
Antología de Cuentos folclóricos (LUVIT)
La siguiente entrada será la actividad de este tema: ¡MI PROPIA
ADAPTACIÓN DE UN CUENTO! A ver qué tal se me da…
BESIS!
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