La primera entrada de
esta asignatura es para trabajar la Comunicación Oral en gran grupo, un aspecto
súper importante en el desarrollo de nuestros alumnos.
Muchas veces se pasa de largo este punto, no se le da la suficiente importancia, ya que se da por hecho que al hablar el idioma saben comunicarse correctamente. No se hace hincapié en la manera en la que nuestros alumnos se comunican entre ellos y es que una incorrecta adquisición de la comunicación oral puede traer dificultades o problemas en su futuro.
La propuesta de esta
entrada es trabajar la Comunicación Oral de los alumnos a través de una
conversación controlada por diálogo, en la que los alumnos expondrán sus
opiniones acerca de la pregunta “¿Crees que la música te ayuda a crecer?”.
Actualmente, con la
LOMCE, la música en las escuelas está apartada. La Educación Artística y la
Música se consideran “asignaturas específicas” optativas que podrán ser
cursadas “en función de la regulación y de la programación de la oferta
educativa que establezca cada Administración educativa y en su caso de la
oferta de los centros docentes”.
Es decir, si una
determinada comunidad decide no ofertarla, o si deja esta decisión a los
centros educativos y estos no la ofertan, los alumnos no tendrán ni la
posibilidad de elegirla como optativa en los 10 años de su educación
obligatoria. La educación musical puede desaparecer si no se modifica este
proyecto de ley.
Resulta difícil
comprender cómo la música (una actividad que genera tanta riqueza cultural y de
tan alto nivel formativo) es ignorada en nuestro sistema educativo.
Yo considero la música
como un lenguaje simbólico y universal que hace posible la expresión de las
emociones más profundas. Este gran recurso didáctico hace referencia a la gran
diversidad lingüística de todo el mundo, diversidad que deberíamos preservar.
Por eso, voy a
plantearles a los chicos de 6º de Educación Primaria este diálogo. La LOMCE
entró en vigor en el curso escolar 2014-2015, donde estos alumnos cursaban en
3º de Primaria. Esto quiere decir que cursaron la materia durante 1º y 2º.
Creo que es un tema
bastante apropiado para trabajarlo con ellos porque:
- Es una materia que han cursado años anteriores, por lo que saben a lo que se refieren cuando hablan.
- Es un tema del que todos pueden hablar ya que todo el mundo (se quiera o no) escucha música en algún momento de su vida (y la disfruta, ¡espero!).
- Porque hay mucha variedad en gustos y opiniones sobre la música. Ya sabéis lo que dicen... sobre gustos no hay nada escrito.
Bajo la pregunta de “¿Crees
que la música te ayuda a crecer?”, mi objetivo es crear un diálogo en el que
cada alumno dé su opinión sobre la importancia de dar música en el colegio o
no, todo en un ambiente relajado y de escucha que favorezca el que puedan
hablar con libertad sin sentirse juzgados, coartados o en un error.
Para ellos, muchas
veces la materia de Música es simplemente tocar la flauta o cantar algunas
canciones sin más; mientras que para otros es algo más, es una herramienta de
comunicación, de expresión de sus sentimientos más profundos, o su manera de
hablarle al mundo.
Por ello, me
encantaría poder escuchar la opinión de cada uno de los alumnos sobre este
tema.
La actividad se
realizará en la clase donde, tanto los niños como yo, nos sentaremos en círculo
para que todos podamos vernos los unos a los otros y podamos, a través del
contacto visual, realizar un seguimiento más significativo de lo que dicen
nuestros compañeros.
La temporalización
será de una hora o una hora y media, según vaya desarrollándose el diálogo.
Por supuesto, antes de
empezar la actividad, recordaré las normas que hay que cumplir para que se
pueda llevar a cabo un diálogo enriquecedor. Se les avisa a los alumnos de que
si esas normas no se cumplen, el diálogo podría quedar interrumpido sin poder
terminar esta actividad.
Las normas son las
siguientes:
- Respetar a la persona que está hablando.
- Hablar con un tono adecuado (ni gritando, ni tan bajito que no nos oigan nuestros compañeros).
- Saber escuchar (a todos nos gusta que nos presten atención).
- Respetar las opiniones de los demás. Si tenemos algo que decir sobre su punto de vista, podemos levantar la mano y contestar a esa persona.
- Vamos a intentar no tener conversaciones a parte con otro compañero, si tenemos algo que decir, lo decimos en alto para que otros puedan escucharme.
Por supuesto, cada vez
que vea que sea necesario, estas normas serán recordadas para poder mantener un
clima óptimo de diálogo.
Pues… ¡MANOS A LA
OBRA!
Para poner en
situación a los alumnos, comienzo la sesión poniendo una canción (lo ideal
sería haber hecho un sondeo previo y poder ponerles una que yo sepa que les
haga sentir “algo”) proponiéndoles que escriban en una hoja lo que la canción
les ha evocado: qué han sentido al escuchar esta canción, qué harían si no
pudieran escuchar nunca más música, etc.
Me encuentro en este
supuesto práctico con un alumno que no respeta, no escucha y habla
continuamente para imponer su punto de vista. Por ello, le propongo entregarle
una función, la figura de mediación. Su tarea consiste en llevar un orden
(escrito) de los turnos de palabras según sus compañeros van levantando la mano
para exponer sus ideas. En el caso de que sea él mismo quien quiera participar,
ha de apuntarse; pero sólo puede apuntarse una vez cada cinco compañeros. Es decir,
que sólo puede hablar cada vez que hayan dado su puesto de vista cinco
compañeros más.
Como sé que hay un
alumno que no participa en las actividades habladas grupales, esta parte
introductoria de la actividad le ayudará a sentirse seguro con sus argumentos y
tener una base en la que apoyarse para poder participar posteriormente. Si a
pesar de tener esta base no le interesa o no quiere participar, se le ofrece
agruparse con un compañero para que, aunque sea en pareja, participe y su compañero
le ayude a exponer.
Una vez han escrito
algo todos pasamos al diálogo. Empiezo yo para romper un poco el hielo
comentando lo que ha hecho sentir a mí esa canción. Después, les pregunto si
ellos han sentido algo parecido o algo totalmente diferente.
En base a eso,
seguimos el diálogo avanzando y profundizando en el tema de la importancia o no
de la música para nuestro propio desarrollo.
El moderador debe cumplir
su función y yo, como parte externa del diálogo, intentaré que el mediador haga
lo que tiene como función y que el otro alumno que no suele hablar participe.
Toda la sesión será
grabada por audio y será reproducida en otra sesión con el fin de que ellos
mismos evalúen su propia participación.
En cuanto a la
evaluación de cada alumno, me guiaré por este cuadrante:
ALUMNADO
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ÍTEMS
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ALUMNO 1
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ALUMNO 2
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ALUMNO 3
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ALUMNO ...
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Ha escuchado la canción con atención
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Ha mantenido la calma en el diálogo
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Ha mantenido una escucha activa
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Ha contestado a alguna intervención de
algún compañero
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Ha mantenido un volumen de voz
adecuado para el diálogo
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Ha aportado su punto de vista
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Ha superado la vergüenza/ miedo
escénico*
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Ha sabido mantener una actitud de
moderador adecuada**
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*este ítem es para el
alumno que no suele hablar en gran grupo
**este ítem es para el
alumno que no respeta, no escucha y habla continuamente para imponer su punto
de vista
Buenas tardes. Soy Emilia, alumna también de semipresencial.
ResponderEliminarEn primer lugar,considero que la pregunta que lanzas sobre la música es muy interesante pero si se trabajase en forma de debate es posible que los niños y niñas interioricen mejor los aspectos del lenguaje que se quieren trabajar ya que es una pregunta con un Si O No como respuesta.
Por otro lado,creo que dar la función de mediador al alumno o alumna que no respeta las normas no es buena solución pues se está reforzando su comportamiento dándole una tarea de responsabilidad y bajo mi punto de vista repetiría ese comportamiento continuamente ya que tiene un beneficio. En este caso ser el responsable de controlar el turno de palabra.
Para ello te propongo que preguntes por qué no respeta las normas y se llegue a una conclusión para que su comportamiento mejore. Además creo que es muy importante el factor motivador, proponiendo un tema que le pueda interesar y también que se sienta escuchado.
Por último dejaría claro que cada alumno y alumna debe fundamentar su respuesta y explicar el por qué de su postura.
Por último,introducir esta práctica por medio de la escritura es interesante pero es posible que en ocasiones se necesite más tiempo en esta primera parte quedando poco tiempo para debatir o dialogar,perdiendo la esencia de tus objetivos.
Espero que te haya servido mi comentario.
Un saludo.
Muy bien, Emi.
EliminarUn buen trabajo, Andrea. Para que sea perfecto, revisa y completa estas cuestiones:
ResponderEliminar- Para que realmente sea una actividad de diálogo en gran grupo y no una simple sucesión de argumentaciones individuales sobre los temas extraidos de la lluvia de ideas, debes asegurarte de que cada respuesta que se dé, sea comentada, debatida, completada... entre todo el grupo hasta que se agote, antes de pasar a una idea nueva. Lo más importante es que no sea: yo pienso que sí por esto, yo pienso que no por aquello... sino que se escuchen y se respondan unos a otros. De esta forma, no hay solo emisores individuales y sucesivos sino verdadero diálogo social. Déjalo claro en tu actividad porque puede parecer una pequeñez, pero es lo que diferencia un tipo de acto comunicativo de otro.
- El niño que no respeta, puede ser el moderador en UN debate o diálogo del curso, pero no en todos. No sería justo que no pueda participar nunca en los intercambios de gran grupo (aunque exponga su resumen, es una actividad de expresión oral individual) y que tenga siempre la tarea extra de escribir y sintetizar lo que va diciendo el resto.
- Debes incluir también una tabla de autoevaluación para los niños, con los mismos items que tú vas a evaluar pero presentados de forma sencilla y con una descripción de niveles de consecución tipo: nunca-a veces-siempre o mas-regular-bien-muy bien. Cada vez se le da más importancia a hacer partícipes a los niños de sus aciertos y errores, de que tomen las riendas de su propio desarrollo de competencias. Para ello es importante que se autoevalúen y se pongan retos de aspectos a mejorar y potencien sus puntos fuertes.
Incluye, además, una breve retroalimentación (oral y pública) para cada niño. Un punto débil para mejorar (solo uno cada vez) y un punto fuerte para reforzar y felicitar (uno solo también). De esta forma, ninguno se siente mal. Aunque los niños se autoevalúen, necesitan saber qué hacen bien y qué deben mejorar desde una perspectiva externa.
Y, para ser del todo justa, pregunta también a los niños sobre la organización y desarrollo de la actividad para que te ayuden a autoevaluarte.
No olvides incluir la bibliografía consultada aunque sea la de moodle.