martes, 15 de mayo de 2012

BORRADOR 1, ACTIVIDAD TEMA III


Para el desarrollo de esta actividad, nos hemos dividido en grupos de tres personas, donde cada una representaba un de las tres estrategias existentes en “La Hora del Cuento”: lectura, narración con cuento y cuentacuentos.

http://sol-e.com/archivos/978-84-263-7767-8_g.jpg
A mí me tocó la narración con cuento y escogí un cuento llamado Un elefante se balanceaba, de Marianne Dubuc.

Mi primer grupo fue con Carlos y Rocío. La primera en hacerlo fue Rocío, que leyó su cuento. Después fue Carlos e hizo de cuenta cuentos. Y por último, yo hice la narración.  Fue la primera vez que hacía una narración con libro, por lo que estaba un poquitín nerviosa…

Para ser sincera, yo pretendía cantar la historia, porque creía que éste era un cuento musical, ya que su texto se basa en la canción que creo que todos conocéis de “Un elefante se balanceaba, sobre la tela de una araña…”. Y estaba bastante nerviosa porque eso de cantar en público…

 Así que cuando Irune, la profe, me dijo que tenía que narrarlo y no cantarlo, me llevé un alivio y pude disfrutar bastante más del cuento.

Como he dicho, se basa en la canción del elefante, aunque tiene dos grandes diferencias:

·         En vez de ir llamando a más elefantes, llamaban a otros animales conocidos por los niños: Cloe (una ratita), Horacio (una jirafa), Tom, Pom y Lulo (tres gatos), Lulú (un hipopótamo).

·         El final del cuento: esta vez, la araña (dueña de la tela de araña) sale enfadada porque todos esos animales estaban jugando con su tela y ella no les había invitado y pesaban mucho. Por eso, decide cortarla y todos los animales caen al suelo. Ella, asustada por el golpe les pregunta lo siguiente: “¡oh, no! ¿Estáis bien?”.
Sorprendentemente, los animales contestaron: ¡síii!, ¡¡¡OTRA VEZ!!!

La primera vez que lo narré, mis compañeros me dijeron que lo había hecho bastante bien y que “no había perdido la sonrisa en ningún momento” (lo gracioso es que ellos no saben que cuando estoy nerviosa, inconscientemente se me tensa la cara y se me pone esa sonrisa, una especia de sonrisa nerviosa pero, a la vez, real).

Otro aspecto que también les gustó fue que interactuara con ellos. Les iba preguntando cosas en relación con el libro: cada vez que aparecía algún animal nuevo les preguntaba, antes de decirlo yo, si sabían de qué animal se trataba. Ellos hacían como si fueran niños.

La segunda vez que lo narré fue con Elena y Laura Guerrero. La verdad es que creo que mejoré con respecto a la primera vez porque, aunque también sonreía y disfrutaba del cuento, se notaba que estaba más relajada y metida en la historia.

La tercera y última vez que lo narré fue con Marta de Robles y Sandra García, y me dijeron que lo hice muy bien. Me dijeron también que les había gustado mucho el cuento, pues no se esperaban ese final: “pobres animales”, “qué mala es la araña”,…

Creo que ha sido una experiencia totalmente constructiva y simpática, pues aunque todos estábamos nerviosos, nos ayudó a coger tablas y a romper el hielo en el mundo de la interacción con los cuentos. 

1 comentario: